
Debe existir un equilibrio entre el número de calorías consumidas, el número de calorías gastadas, y la ingesta de vitaminas y nutrientes necesarios para que los niveles de energía sean los adecuados. La palabra básica en este sentido, es el adenosin trifosfato o ATP, que es la molécula de energía que el cuerpo utiliza cuando se realiza cualquier actividad física.
El ATP se forma a partir de la mezcla entre grasas y carbohidratos, aunque de forma progresiva mientras se intensifica el ejercicio físico, esa fuente de energía empieza a obtener su sustento de las reservas de carbohidratos de músculos e hígado, y no suelen ser cantidades muy elevadas, por lo que la posterior recuperación va a ser costosa.
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