Mañana fresca en Madrid, la salida fue muy puntual y disfrutamos de un viaje agradable sin ninguna novedad.
A la llegada al hotel, se realizó el reparto de habitaciones y un breve descanso. Por la tarde, con la distribución de grupos por especialidades, aprovechamos para realizar el entrenamiento en la playa, el paseo marítimo y en las instalaciones del CAR.
El día 3 de enero, el entrenamiento se realizó en otra playa cercana, y el clima fue tan bueno que tuvimos incluso dos valientes que se bañaron (ya preparados con toalla y ropa de repuesto) terminando la mañana en el CAR. Tras la comida, continuamos en el CAR, centrándonos en vallas, longitud, altura y musculación para los lanzadores.
El día 4, comenzamos en la pista de San Javier y volvimos al CAR por la playa recomendando a los atletas entrar en el mar hasta las rodillas, aunque alguno incluso se terminó bañando.
Tras la comida y entrenamiento en el CAR, visitamos el Centro Comercial de San Javier, cenamos y nos fuimos a dormir porque al día siguiente teníamos la vuelta a casa.
Ha sido una experiencia muy gratificante para todos, los atletas además de poder realizar su entrenamiento en un entorno natural diferente al que estamos acostumbrados en Madrid, adquieren más autonomía al pasar tres días fuera de su casa, trabajan en grupo y lo más fundamental es que han disfrutado realizando el deporte que más les gusta.